viernes, 9 de febrero de 2007

Demasiado no es suficiente

Siempre pensando más de la cuenta. Planeando cada detalle meticulosamente para al final dejarlo en manos del destino, o asumir lo imposible, en el peor de los casos. Dejarte a la deriva, por una corazonada. Corazonada! Ja!, por qué obedecer a un musculo tan traicionero, acaso me obedecio alguna vez? Pero no hay argumento que valga, cualquier esfuerzo por resistirme es inutil. He llegado al punto en el que mi cerebro se ha dejado seducir, la razón ha caido de rodillas, y mis decisiones son netamente vicerales. Ambos se han confabulado, probablemente con buenas intenciones pero sin idea de como hacer las cosas. Decisiones tan importantes no deberian tomarse a la ligera, pero como detener al tiempo continua con su ritmo tan irregular, a veces lento, a veces fugaz, siempre en contra.

No hay comentarios: